¿Cómo saber si un diseño es bueno o malo?

Desde luego, no basta con que nuestro sitio web “tenga buena pinta”. Necesitamos otros elementos de juicio en los que apoyarnos.

Porque, para empezar, ¿quién define qué es una buena imagen y qué no?

Y para seguir: ¿de qué sirve exactamente que un sitio web tenga buena imagen si luego no nos ayuda a conseguir lo que queremos?

Necesitamos un método para medir el diseño. Te proponemos que sigas los siguientes pasos:

1. Entender qué es un “buen” diseño.

Podemos decir que un diseño es bueno cuando nos ayuda a conseguir nuestros objetivos de negocio.

2. Tener claros nuestros objetivos de negocio.

Por lo tanto, antes de abordar cualquier diseño debemos tener claros cuáles son  nuestros objetivos de negocio. Por ejemplo, vender más productos y servicios, obtener ingresos por publicidad, o dar a conocer nuestra marca.

3. Definir los objetivos del diseño.

Con esta información, podemos establecer qué es lo que queremos conseguir con el diseño: atraer usuarios mediante un mejor posicionamiento en buscadores, llegar a  un público objetivo más amplio, conseguir información útil para realizar acciones de marketing, agilizar el trabajo, y un larguísimo etcétera.

Ahora sí estamos preparados para definir una determinada línea de trabajo: una imagen gráfica, una estructura de navegación, una determinada distribución y ordenación de los elementos, etc.

4. Medir el impacto del diseño.

Ya hemos hecho nuestra apuesta: hemos construido nuestro diseño. Ahora llega el momento de determinar si funciona.

Debemos ser capaces de medir el impacto del nuevo diseño en nuestros objetivos de negocio. De ese impacto dependerá el éxito de nuestra apuesta. Entonces podremos decir si el diseño es bueno o no; es decir, si nos ha ayudado a conseguir nuestros objetivos, y en qué medida.

Esto nos lleva al siguiente paso.

5. Elegir las métricas más adecuadas.

Para medir el impacto, debemos apoyarnos en las métricas más adecuadas: aquellas que nos permiten conocer el nivel de cumplimiento de los objetivos que nos hemos marcado.

Métricas más utilizadas

En UI Patterns han recogido algunas de las métricas más comunes. Nosotros hemos las hemos completado:

– Posicionamiento en buscadores. Una posición privilegiada en la página de resultados de Google es como tener un escaparate en la mejor calle comercial. Si conseguimos posicionarnos bien en palabras clave para nuestro negocio, la afluencia de visitantes está prácticamente asegurada.

– Páginas vistas. Los sitios web que viven de la publicidad, y que tienen como objetivo conseguir muchas impresiones de banners, normalmente eligen esta forma de medir.

– Usuarios únicos. Esta es una buena medida para los sitios web que aspiran a captar una porción amplia del mercado.

– Usuarios registrados. Mide el número de personas que se registran en un determinado sitio web. Estos datos pueden ser muy valiosos, ya que dan pie a una posterior fidelización.

– Usuarios nuevos. Mide el número de usuarios que, después de registrarse, han utilizado un servicio o aplicación.

– Compromiso. Mide cuántos de los usuarios siguen utilizando la aplicación o servicio conforme pasa el tiempo.

– Suscripciones a newsletter. Las newsletters, o boletines de noticias y contenidos, pueden ser una buena herramienta de venta: dan a conocer al usuario nuevos productos y servicios de forma no agresiva (existe consentimiento) y le invitan a volver al sitio web.

– Productos vendidos. Para muchos negocios online, esta es sin duda la métrica más importante: ¿cuántos productos y servicios hemos conseguido vender? Lógicamente estos datos son mejores o peores según el dinero invertido.

El ratio de conversión nos da una excelente perspectiva del funcionamiento de nuestro sitio web: nos permite ver cuántos de los visitantes son nuevos, cuántos repiten, cuántos se han registrado, cuántos de esos adquieren un producto o servicio, cuántos siguen utilizando ese servicio más adelante, etc. Así sabemos qué es lo que está funcionando, y dónde estamos fallando a la hora de atraer y fidelizar a los usuarios.

– Dinero invertido. En muchos casos, el principal objetivo es diseñar algo que funcione utilizando la menor cantidad de dinero posible.

– Tiempo de desarrollo. El plazo suele ser una variable clave, y mucha gente va a medir el proyecto por su adecuación al calendario marcado.

– Perfil del usuario y fuentes de tráfico. Desde el punto de vista de nuestro negocio, existen usuarios de diferente “calidad”. Algunos sólo miran, otros hablan bien de nosotros, otros compran… Por eso, no todo el tráfico que genera un sitio web tiene el mismo valor. ¿Qué perfiles nos interesa atraer? ¿De dónde queremos que vengan nuestras entradas? ¿De Facebook? ¿De Google? ¿De un blog técnico? ¿De una web para jubilados? ¿De una área geográfica determinada?

– Ahorro/Impacto en el trabajo. El diseño puede tener un impacto directo en la cantidad de trabajo que después debemos realizar. Por ejemplo: un sitio web que ofrece información de calidad puede evitar un montón de llamadas al Call Center. Eso se traduce en un importante ahorro, y nos libera de tareas en las que quizá no aportamos demasiado valor. Así podemos concentrarnos en la esencia de nuestro negocio.

6. Introducir mejoras en el diseño según la información obtenida.

Lo más importante es entender que el diseño web se ha convertido en un proceso, en algo que debemos ir modificando y ajustando regularmente para asegurarnos de que cumple nuestros objetivos.

Las métricas nos proporcionan la información que necesitamos para introducir esos cambios y conseguir así mejoras significativas.

Los cambios no tienen por qué ser de gran envergadura. A veces basta con modificar el orden de los elementos, cambiar los textos promocionales, simplificar los formularios, modificar el aspecto y la posición de los banners, etc.

¿Qué métricas utilizas tú para valorar un diseño?

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